domingo, 6 de junio de 2010

Atenciones

Mientras toda la familia sentada alrededor de la mesa, se jactaba hablando de los logros y sus de sus perfectas vidas, dentro de sus libros imaginarios, ella al final del pasillo se sentaba al lado de la puerta del baño de visitas recurría a sus miedos e inseguridades para que no la cena no terminara de llegar al estomago entra corriendo, levanta la tapa y luego de un buen rato sale radiante de el paraíso que ella misma a recurrido , los ojos un pocos irritados por todo el forcejeo por suerte carga lagrimas artificiales para que no lo noten.

Su hermana ya viene sospechando desde hace días su extraña actitud, mientras al final del corredor, un lugar cercano al patio, su padre y sus tíos todos sentados con unas cuantas cervezas juegan domino, su madre con la comadre en la cocina prepara todo para el asado y los perros en el jardín atados ladran pidiendo libertad, ella en sus manos tiene un garrafón de agua algo más grande que dos litros el cual bebe despacio para pasar la amargura de los jugos que poco la destrozan.

Las burbujas pierden el tono brillante y comienzan a decolorarse tienen un olor extraño algo como la cerveza que su padre guarda en la esquina del patio, todo comienza a enmudecerse y se torna blanco negro como una película de los años 20, mientras leemos de nuevo el libreto y borramos las etapas que no nos gustaron para volver a filmar la película de nuevo.

En tu cabeza un nuevo mundo esta fusionándose y en la de ella todo va ensanchándose, en el patio hablan de temas poco aceptados en la sociedad venezolana, mientras en el cuarto de arriba ella está sentada frente a una línea blanca que su primo le quiere convidar, drogas, alcohol y sexo son los temas no permitidos, mientras la política y la violencia es lo que retumba abajo frente la parrillera.

La madre grita: princesa, baja a despedirte, mientras ella aplicándose más lagrimas artificiales y con cara de niña bien baja las escaleras para aparentar que todo es perfecto, por eso te dije que no debíamos observar mas allá de los ventanales rotos que estaban cerca del techo, que por solo una mirada podríamos romper a la princesa de cristal.

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